Mi ciudad imaginaria en realidad es mi barrio Flores donde nací, y dejé para mudarme al barrio de Almagro. Pero cada vez que vuelvo al barrio por alguna circunstancia, me da bastante nostalgia. Aunque la casa donde nací literalmente sigue en pié, al recorrer el barrio veo muchos cambios, sobre todo los edificios y entonces cuando los recorro en colectivo cierro los ojos y me lo imagino como era antes, con faroles en las avenidas, con avenidas de doble mano, con las calesita en la plaza, que antes no estaba enrejada, los buzones en las esquinas me vuelven todo a la memoria y me reconforta recordarlo así.
Julia F. Vitale