Este lunes 17 de octubre de 2022, otro Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, nos invita a reflexionar acerca de esta problemática que afecta a todos los países, pero no de igual manera a todas las personas.
La revolución industrial fue el comienzo del descenso de los indicadores mundiales de hambre, pobreza e indigencia. Lo que parecía ser un proceso global de caída más o menos estable (propios de ciclos recesivos y de crecimiento de las economías de los Estados), encontró un aumento en 2020 producto de la pandemia por COVID-19.
Ya por 2018 el Banco Mundial advierte que, aunque los índices de extrema pobreza (indigencia) venían descendiendo de un 36% en 1990 a un 10% en 2018, la pobreza multidimensional entendida no solo por el ingreso sino el (no) acceso a derechos se mantiene estable o bajan muy lentamente.
¿Cómo es posible que en 2021 Argentina siga siendo considerado un país de ingresos medios en vía de desarrollo con un 40% de su población por debajo de la línea de la pobreza?
Desde allí en adelante se pone atención en cómo la pobreza no necesariamente se concentra solo en países de ingresos bajos, sino en países de ingresos medios y altos. El fenómeno de la pobreza ya no se asocia únicamente a los Estados de ingresos bajos, sino que se debe a Estados profundamente desiguales.
El mismo estudio demostró que casi el 50% de la población en el mundo sigue siendo pobre, cifra que empeora tras el fenómeno de la pandemia, en donde se profundiza la tendencia de la concentración de la pobreza en ciertas poblaciones: mujeres y niñeces.
En este escenario, los actores como Mensajeros de la Paz tanto a nivel global como local seguimos encontrando nuestra razón de existir. Desde nuestro lugar en Argentina trabajamos desde 2001 en hogares de atención directa e integral, proyectos de desarrollo comunitario en barrios populares con el objetivo de crear oportunidades que promuevan el desarrollo económico, social, cultural y contribuyan a erradicar la pobreza.
Mentiría si les contara acá que estamos solxs. Por el contrario, estamos siendo acompañadxs por el Estado, individuos, otras organizaciones y empresas movilizadas con las mismas ganas de hacer un mundo mejor para todxs. Sabemos, y compartimos con ellxs, que el acceso a derechos y desarrollo de todxs impacta positivamente tanto en el mercado como al Estado.
Pero lamentablemente hoy los indicadores nos demuestran que necesitamos (de) más para paliar las consecuencias de la pobreza: niñes, mujeres y personas mayores que quedan atrás y no nos lo podemos permitir.
Nuestro trabajo seguirá consistiendo en crear puentes tanto materiales como informativos que nos ayuden a crear el mundo con el que soñamos, un mundo donde abunden las posibilidades y la pobreza sea historia pasada.
Sobre la autora:
Candelaria López es directora de Desarrollo Institucional de Mensajeros de la Paz Argentina, graduada de Ciencia Política de la UBA con un posgrado en UNSAM en economía y política. Candelaria es activista por la paz y miembro del Centro de Estudios de Política Internacional de la UBA.