Una tarde, un momento, un encuentro familiar, ‘nuestro’ encuentro en el Club de Día… Un fluir de sentimientos lindos, una sensación de alegría, de fiesta, de deseo por dar lo mejor, de querer celebrar la vida. Apostamos por una jornada donde la música, las canciones, las presentaciones artísticas y el baile nos atravesaron con amor genuino, nos dejamos inundar por voces que nos emocionaron, nos dejamos sorprender por la poesía y la inocencia, nos divertimos teniendo la oscuridad y el titilar de infinitas luces de colores como cómplices para movernos y disfrutar, nos permitimos que el espíritu de la generosidad y la armonía cubriera nuestros corazones…
¿Quién dijo que nuestro destino como mayores es permanecer en un rincón, en silencio y esperando lo inevitable? ¿Quién dijo que como mayores tenemos que dejar de sonreír y de ilusionarnos? ¿Quién dijo que el aislamiento y la soledad deben ser nuestra cotidianidad en la vejez? Una vez más demostramos y nos demostramos que nuestro propósito de integración, de caminar acompañados, de aprendizaje, de compartir intergeneracional y de intercambio socio afectivo, son fundamentales en nuestro día a día como Club de Día, una vez más logramos el objetivo de observar y sobre todo sentir a nuestros mayores felices, arropados, queridos, reconocidos, agradecidos, protagonistas!!!
Hacemos una vida plena ejerciendo nuestros derechos: los defendemos, los protegemos, los promocionamos. El encuentro de familias es una prueba, para convertir en hechos concretos la dignidad y el amor. Estamos, como Club de Día, infinitamente agradecidos por este momento extraordinario… somos todos mayores, somos Familia!